Sin código postal

2010

Sin código postal. Es un trabajo documental sobre el interior de viviendas en asentamientos irregulares. Explora la atmósfera resultante de la autoconstrucción, la re significación de los espacios, objetos y materiales de desecho. Presenta el factor humano de manera implícita. Reflexiona la falta de empatía con los grupos marginados cuestionando la frágil calidad de vida en el país.

Desde que comencé a desarrollar el proyecto, me enfrenté a un tema cotidiano, por consiguiente lo creí de poco asombro para las personas que me rodean. Conforme recababa información aunada a la búsqueda de espacios para fotografiar, fui encontrando cierto rechazo por parte de la ciudadanía, incluso actitudes de discriminación abierta hacia dicho sector de la población.

La gran mayoría hemos pasado cerca de algún predio irregular, algunos otros podemos tenerlo como vecino, sin embargo durante la búsqueda documental, se convirtieron en fantasmas. Las llamadas “ciudades perdidas”, asentadas en enormes terrenos baldíos, a las orillas de las vías del tren, e incluso antiguas vecindades, simplemente desaparecieron ante los ojos de los demás.

Entrar en contacto significó un camino lleno de trabas,  advertencias disfrazadas de consejos por mi seguridad, pero no por parte de los residentes, quienes la mayoría de ocasiones me recibieron cordial y desinteresadamente. En cuyo caso tuvieron la confianza de permitir entrar a sus espacios más íntimos.

 Los miedos infundados en la ignorancia, la poca capacidad de convivir con el prójimo y la falta de empatía, se hicieron presentes en personas que presumen de un buen nivel de vida así como de educación.

Es un buen momento para  aprender  a convivir con las personas, aceptarnos como somos, con todo y las diferencias económicas  y de pensamiento que puedan existir. El respeto es parte fundamental para el progreso tanto individual como colectivo.